miércoles, 28 de diciembre de 2011

Condenaron a un hombre a dos años y medio de prisión por amenazas


El titular del juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 10 de la Ciudad, Gabriel Eduardo Vega, resolvió condenar a dos años y medio de prisión de cumplimiento efectivo a un hombre que amenazaba a su familia de manera continua.
El imputado reconoció la autoría de las amenazas denunciadas, por lo que la Fiscalía y la querella lograron llegar a un acuerdo con el abogado defensor para establecer la duración de la pena. Asimismo, el imputado realizará un tratamiento psicológico.

Nota respecto al caso publicado por Clarín:

Denunció al marido por maltrato: lo condenaron a 2 años y medio

El es adicto al paco y también amenazaba a los hijos. La sentencia es efectiva.

En su mano izquierda lleva tatuada la inicial del nombre de su ex marido: Walter Asis (36). Mariela Santa Cruz (38) se lo hizo hace 15 años cuando estaba enamorada de ese hombre alto y morocho, con la que tuvo dos hijos y que ahora esta en la cárcel de Ezeiza. El lunes fue condenado, en un fallo inédito para la Ciudad de Buenos Aires, por el delito de amenazas agravadas por el uso de armas contra Mariela, y amenazas y maltrato físico contra sus hijos. Pasará los próximos dos años y seis meses preso. Ahora, en el barrio Illia, sus vecinos la felicitan porque se animó.

El 5 de julio de 2010 Mariela fue abuela. Cuando llegó del hospital fue a la casa de su mamá. Enseguida, Walter se asomó por una de las cinco ventanas de la casa y apuntándola con un arma, le gritó “¡Te voy a matar, yo no tengo nada que perder”. Mariela hizo la denuncia penal pero luego retiró los cargos.

El 13 de octubre, mientras Mariela trabajaba, su hijo Sebastián de siete años hacía los deberes en su pieza. Walter entró a la habitación de su hijo: –¡Puto, ¿dónde dejaste el lápiz que mamá te compró ayer? Buscalo porque si no te voy a pegar. Te voy a matar!, gritó Walter.


La hermana de Sebastían, Soledad, escuchó su llanto y llamó a su mamá. “Ese día dije ‘hasta acá llegué’. El límite son mis hijos. Mi hija me llamó llorando y salí del trabajo rápido y llamamos a Gendarmería”, dice a Clarín Mariela.

Cuando lo fueron a detener, Walter se refugió en la casa del padre de Mariela “Mi papá me pegó mucho cuando era chica. A mi mamá también le pegaba. Con Walter se entendían, se llevaban muy bien. Cuando Gendarmería le preguntó a mi papá por él, respodió ‘acá no esta’”, dice.

Mariela cuenta que durante cinco años estuvieron bien; Walter ayudaba a sus hijos a hacer los deberes o les revisaba la cabeza para encontrarle piojos. Cayó preso por robo y cuando salió de la cárcel era otra persona: “Adicto al paco y alcohólico”. Walter no trabajaba y se pasaba gran parte del día consumiendo pasta base. Pasó 10 años tremendos cargados de violencia física y verbal. Lo único que le regalaba a ella eran bombachas: sabía cuántas tenía y si una desaparecía le pegaba.

En la casa de Mariela funciona un jardín comunitario: todos los días comen y toman la leche unos 15 chicos. No recibe ninguna ayuda del Gobierno de la Ciudad. También en su casa da talleres para mujeres que sufren violencia doméstica. Trabaja haciendo matenimiento en el Centro de Primera Infancia la Hormiguita Viajera. “Necesito ayuda de profesionales para el apoyo de las chicas. Y comida para el jardín”, cuenta. Mariela, ahora, se conforma con lo cotidiano: volvió a desayunar con sus hijos y a dejar su billetera arriba de la mesa sin temor a que él le robe la plata.


Es terrible, y no son casos aislados, miles de mujeres sufren la violencia de género y soportan todo tipo de degradación, muchas veces por miedo, por la dependencia económica que ese tipo de relaciones empuja a tener, por no tener contención, por los hijos, y tantas otras razones que le susurran al oído, "esto es lo que te tocó, conformate, aguanta..."  alimentado por ideas y mitos sobre el lugar que le corresponde a la mujer en esta sociedad patriarcal.Como futuros profesionales del derecho tenemos que tener en cuenta este tipo de casos, y tantos, tantísimos otros. No se puede esperar a tener la cara ensangrentada o un revolver en la cabeza para que la justicia actúe, estos casos se deben tomar con la seriedad que merecen, protegiendo la integridad de sus víctimas y la de su familia.
Debemos luchar contra esta violencia de género desde lo cotidiano y desde el derecho, poner todas las herramientas que estén a nuestro alcance para que estos hechos no queden impunes, para modificar  leyes defectuosas o inexistentes, para abrir la discusión sobre tantos artículos, tratados, y fundamentos erróneos que nos enseñan como la "verdad absoluta" y lo único que hacen es formarnos para ser funcionales a este sistema, y este sistema es machista.
No legitimemos ni justifiquemos la violencia, las mujeres seguiremos luchando por lo que nos corresponde!!!




lunes, 19 de diciembre de 2011

El Gobierno K y la Explotación sexual de las Mujeres.

Las víctimas aumentan día a día al mismo tiempo que las autoridades hacen poco y nada para resolverlo. Los antecedentes de la trata en la Argentina, que no es un problema de hoy, comenzó a principio del siglo XX, con las primeras inmigraciones aunque se ha recrudecido con el mayor empobrecimiento.
No puede negarse la responsabilidad del gobierno en la explotación sexual de mujeres.
Los prostíbulos pululan en todas partes, en cualquier confitería, wiskería, en casas modestas a lo largo de las rutas o en locales o departamentos de lujo; ello a pesar de estar prohibidos por Ley Nacional y por la Convención contra la trata de personas y la explotación de la prostitución ajena. Sin embargo trabajan impunemente y como en el caso de Río Gallegos, acaba de salir un fallo que reabre los prostíbulos, llamadas “Las Casitas”, y opiniones como las de Aníbal Fernández: “mejor que se abran si no los hombres van a salir a violar mujeres”. También, de los nueve candidatos a intendente de Río Gallegos seis están de acuerdo para que “Las Casitas” vuelvan a funcionar.
En la Argentina existen aproximadamente ocho mil prostíbulos y 60.000 mujeres en condiciones de explotación sexual.
Sólo de vez en cuando la Justicia condena algún proxeneta, si se trata de algún caso resonante, de lo contrario, la respuesta es reprimir a las víctimas. Nunca se llega a los grandes responsables, a los jefes de las redes de prostitución, o a funcionarios, legisladores, empresarios, fiscales, comisarios o jueces que participan del negocio.
El Estado, el gobierno, los poderes legislativos y la Justicia son responsables por lo que hacen, pero también por lo que no hacen. No persiguen a los explotadores, no respetan ni protegen los derechos humanos de las víctimas, no destinan leyes, programa y presupuesto a la creación de refugios, asistencia médica, jurídica y psicológica ni realizan campañas destinadas a desnaturalizar a la prostitución y mostrarla como lo que es realmente: explotación y violencia.
La lucha del movimiento de mujeres contra la trata y la explotación sexual viene de hace mucho tiempo. Madres, vecinas, amigas y muchas organizaciones del pueblo se organizan para denunciar y combatir la trata de personas para su explotación sexual. Por ejemplo, La Red no a la trata, la fundación La Alameda y las distintas multisectoriales de mujeres a lo largo y ancho del país tomamos este tema en nuestras manos para enfrentarlo y combatirlo. Esto nos llevó a la Ley de Trata: fruto de la lucha de las organizaciones populares, las que hoy siguen peleando por las modificaciones que la misma requiere pero también fruto de la lucha de los movimientos de mujeres hoy. Cristina Kirchner tuvo que sacar el Decreto 936/11, que prohíbe los avisos que promueven la oferta sexual y la creación en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la oficina de Monitoreo de publicación de avisos de oferta de comercio sexual, de paso oficina que monitorea el propio gobierno.

¿Anuncios no, prostíbulos sí?

El reciente Decreto 936 es una buena medida para terminar, en parte y parcialmente, con la identificación de la mujer como objeto, como una mercancía que se compra, se usa y se tira, a la par que cualquier otro objeto. Pero está muy lejos de ser la medida necesaria crucial para terminar o dar batalla a la trata de personas, como fuera anunciado por nuestra presidenta.
Prohibir a los medios gráficos la publicación de avisos de oferta sexual está bien, pero bajo ningún punto de vista va a evitar o atenta contra las redes de trata, ya que la mayoría de las veces, el proxenetismo y el reclutamiento de jóvenes para las redes no se encubre en el rubro de “servicios personales” sino en el vinculado con “laborales” o “empleos ofrecidos”. Son los que ofrecen trabajo con vivienda y ganancia a porcentaje a “señoritas buena presencia” para whiskerías, casas de masajes, cabaret, agencias VIP. Por otro lado, invisibilizar el problema no equivale a remediarlo. Y no se puede transferir a los medios de comunicación la responsabilidad estatal de combatir la trata de personas.

Si verdaderamente este gobierno buscara evitar la trata de personas, debería apuntar a desmantelar las redes de protección policial, los jueces y los gobernantes que son parte de tan nefasto negocio.
Vale aclarar, además, que la prohibición de esos avisos ya estaba estipulada en un proyecto de ley sobre trata de personas que elaboraron legisladores de la oposición y que desde hace más de un año está postergado por el oficialismo en comisiones del Congreso. Y, en parte, también se encontraba estipulado en la Ley de Medios, inciso tres.
Por último, no puede abordarse la problemática de la trata de personas y la explotación sexual sin tener en cuenta la situación social de pobreza que afecta a millones de personas, empujándolas muchas veces a vender su cuerpo para sobrevivir o responder a anuncios malintencionados.
¿Acaso la presidenta no sabía que los avisos de oferta sexual encubren situación de trata y explotación de mujeres?
Son cómplices del tercer negocio más rentable del mundo. La Argentina permanece en la categoría cuatro de la lista de observación de ONU por tercer año consecutivo, debido a que no ha demostrado haber aumentado los esfuerzos para combatir la trata de personas.
Exigimos que el gobierno nacional establezca, políticas públicas efectivas de prevención, protección y asistencia a las víctimas, financiadas con fondos suficientes previstos en el presupuesto nacional.
Nosotras decimos:¡Basta!No queremos ni una víctima más de las redes de prostitución ni de cualquier otro tipo de abuso. Queremos que se declare la” emergencia nacional en violencia sexual contra las mujeres”, y que se reforme definitivamente la Ley de Trata.

Fuente: /www.pcr.org.ar/

jueves, 15 de diciembre de 2011

BOLETÍN SOBRE TRATA DE MUJERES





EL VIERNES 16 DE DICIEMBRE, A LAS 17 HS. NOS JUNTAMOS EN LA MESA DE LA CORRIENTE, PARA LEER EL MATERIAL QUE ARMAMOS DESDE LA AGRUPACIÓN, SOBRE TRATA DE MUJERES. 
EL DÍA SÁBADO 17 DE DICIEMBRE LLEVAREMOS A CABO EL DEBATE SOBRE ÉSTA PROBLEMÁTICA, DONDE PARTICIPARÁN MUJERES Y HOMBRES.


SUMÁTE VOS TAMBIEN A LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN DE LA MUJER!


TE ESPERAMOS!

NEGAR EL DERECHO AL ABORTO NO PUNIBLE ES UN DELITO y UNA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS HUMANAS

Reproducimos comunicado de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto legal, seguro y gratuito.

A través de un comunicado difundido por el Conders Entre Ríos supimos que: “A la mujer a la cual le impidieron el aborto terapéutico a las 19 semanas en el Hospital San Martín de la ciudad de Paraná, y que fue derivada al Hospital Posadas el 14 de agosto, por su cardiopatía congénita no corregida, a 7 días de su cesárea, ha sido internada en terapia intensiva porque el día 02/12/11 sufrió un ACV (accidente cerebro vascular) isquémico lo cual le ha producido una parálisis de brazo y pierna izquierda. Se espera una nueva tomografía que confirme la extensión del daño”.  Esta situación nos indigna profundamente.

Recordemos que el 4 de agosto de este año, un ateneo interdisciplinario realizado en el Hospital San Roque de Paraná, acordó la realización del aborto terapéutico, permitido por el Artículo 86 del Código Penal, con el consentimiento de la mujer, a la que conocemos como MG.
Esta práctica era necesaria dada su cardiopatía y había sido pedida por ella. Sin embargo, no se llevó a cabo debido a la irrupción en la sala pre-quirúrgica de un médico conocido por su accionar anti-derechos. La cruzada logró su cometido: impedir la práctica del aborto. El bebé nació con idéntica malformación que su madre. Lo que provocó la negativa del derecho conculcado es un agravamiento para la vida y salud de MG, quien desde agosto permanece internada en un hospital de alta complejidad a 500 kilómetros de su lugar de residencia, lejos de su familia. MG, empobrecida económicamente y por tanto portadora de una serie de vulnerabilidades extras, tiene también un hijo adolescente.

El derecho a la vida está en correlación con otros como la igualdad, dignidad, justicia, autonomía y libertad. Cuando se realza uno sólo, estamos frente una operación política e ideológica. Un discurso que quiere presentarse desde la neutralidad, un nuevo supuesto totalitario: la sacralización de la vida. En realidad lo que intenta es poner en valor absoluto la vida en gestación, para subvalorar, desconocer y hasta despreciar la vida de las mujeres. El resultado concreto es una nueva operación del patriarcado para controlar la vida y vulnerar el derecho a decidir de las mujeres.

Asistimos en este caso de abuso de poder y maltrato institucional.
Negar el aborto no punible es un grave delito y se convierte -como en este caso- en un voto de tortura y de muerte para las mujeres, a quienes se les exigen sacrificios extremos e inmaculados, sin importar las consecuencias para ellas ni para sus seres queridos/as. Desde las cruzadas anti-derechos se llama insistentemente a violar los derechos humanos de las humanas. Lo más grave es que desde las instituciones del Estado, en particular desde el Ministerio Provincial y Nacional de Salud, se consolide la desprotección extrema por acción u omisión y se violen normativas vigentes en Argentina referidas a la protección de derechos de las mujeres, como es la Ley Nacional 26.485.

La situación de MG y su familia significa una verdadera vergüenza institucional, pone de manifiesto de modo paradigmático la inaccesibilidad al aborto no punible y la discrecionalidad ilegal y anti-laica con la que se mueven actores del sistema público de salud,  muy distantes de su función de proteger la salud e incurriendo en grave iatrogenia. También muestra los efectos perversos de la pobreza y la falta de recursos para el acceso real a los derechos sexuales y reproductivos.

Como Campaña Nacional:

  • Nos ponemos a disposición de la familia de MG para acompañar el tránsito por esta difícil situación.
  • Responsabilizamos a las autoridades de salud pública de la provincia de Entre Ríos y a todo el personal del hospital que negó la aplicación del Artículo 86 del Código Penal del actual estado de salud de MG.
  • Demandamos las autoridades correspondientes investiguen la actuación del profesional que intervino en la esfera privada de MG antes de la práctica, que se sancione a todos los responsables, incluyendo la prohibición de seguir ejerciendo la medicina para quienes corresponda.
  • Exigimos la inmediata aplicación del Artículo 86 del Código Penal, en todos los casos que éste amerite, respetando lo establecido en la Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles emitida por el Ministerio de Salud durante la presidencia de Néstor Kirchner y lo que ha venido sosteniendo de modo consistente la jurisprudencia en esta materia, incluido las Cortes Supremas de Chubut, Buenos Aires, Entre Ríos, Mendoza y Río Negro.
  • Exigimos que se dé rango de Resolución Ministerial a la Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles para que sea de cumplimiento obligatorio en los servicios públicos de salud en todo el país.
  • Insistimos en el cumplimiento de normativas y políticas públicas que concreten la efectiva laicidad del Estado.   
  • Reclamamos que Congreso Nacional discuta y apruebe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.



Educación sexual para decidir
anticonceptivos para no abortar
aborto legal para no morir