lunes, 7 de febrero de 2011

El siniestro negocio de la esclavitud sexual


BANDA DEL RIO SALI, Tucumán.- Es un día cualquiera en casa de don Mario..Son siete hijos y una nieta de dos años, la que les dejó Teresa, la hija de 16 que fue rescatada de un cabaret de La Rioja donde la tenían cautiva y la obligaban a prostituirse.
A Teresa los recuerdos la abruman, los gritos de las primeras violaciones, el sudor hediondo de esos cuerpos, las palizas y empujones para forzarla a que se drogara, las luces de neón, ese "mi amor" edulcorado que aprendió a decir a fuerza de tormentos, la amiga que la entregó a una red de explotación sexual. Un año y medio soportó esa esclavitud. A veces no aguanta y se va por ahí, sin rumbo, por varios días.
"Volvió rebelde Teresa, contesta mal. Viene y me deja a la changuita, ¿ha visto? A veces se queda sentada en la cama y llora, llora mucho", dice su padre, de 48 años mal llevados. Yo le digo "qué le anda pasando mi hija" y ella callada".
Teresa nunca le quiso contar lo que pasó en La Rioja, pero él sabe. "Los hombres somos muy hijoeputas", dice, y entonces habla también de las malas juntas, de aquélla que parecía una amiga y la entregó.
Porque hubo una visita de aquella muchacha, la única que hizo, en la que -piensan ahora- habrá tomado nota, seguramente, de las chapas hirvientes de la casilla, de esa beba recién nacida y de la pobreza que, tal vez, quién sabe, ahogaba a Teresa. Habrá pensado que sería fácil sacar una tajada de esas necesidades: le ofreció un trabajo cama adentro en Catamarca, pero la llevó engañada a La Rioja.
Allí la tuvieron encerrada en una casa y después la llevaron al prostíbulo. Teresa tenía entonces 14 años y los proxenetas amenazaban con matar a su beba recién nacida si no hacía lo que le exigían: había caído víctima de una de las muchas mafias de trata de personas con fines de explotación sexual que operan en la Argentina, un negocio cuya dimensión no refleja ninguna estadística oficial, pero que, según los investigadores, no deja de crecer.
Según la la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), en las investigaciones judiciales aparecen implicados "en forma recurrente, funcionarios públicos y políticos".
Esos informes denuncian que el negocio mundial de la trata de personas genera ganancias por 32.000 millones de dólares al año y que ya se ubica en el tercer lugar de un siniestro ranking internacional encabezado por la venta de armas y el comercio de drogas. Esos mismos informes indican que 5000 pesos es la cifra más alta que se pagó en la Argentina por una esclava sexual y 150 pesos el monto menor para explotarlas de por vida.
El caso de Teresa es un ejemplo claro del modus operandi de estas mafias, que cuentan con aceitados mecanismos en los que se integran actores primarios y secundarios. Entre los primeros, los investigadores identifican a los "reclutadores", hombres o mujeres cuya función es captar a las mujeres para los prostíbulos a través del engaño o el secuestro. Cobran comisiones de entre 100 y 500 pesos, dependiendo de la "calidad" de la víctima, y casi siempre trabajan con "marcadores", que suelen ser taxistas, peluqueras o vendedores ambulantes que, a su vez, cobran unos 50 pesos por el dato de alguna joven con el perfil buscado.
El circuito se completa con los proxenetas ("maridos" o "madames"), que obtienen sus ganancias mediante la explotación sexual de una o más mujeres de “su propiedad” y los regentes de los prostíbulos, que son los dueños o administradores de los locales, aunque estos últimos también pueden ser proxenetas.
Los tratantes secundarios, no menos importantes, son los que aportan la protección necesaria para que todo el engranaje funcione.
El primer tramo de sometimiento que ejercen los rufianes con las mujeres."Las llevan a un hotel o casa, ahí las someten a las primeras violaciones para prostituirlas. Las que menos resistencia oponen, por miedo, por las amenazas, son trasladadas hacia las grandes ciudades. Las que más se resisten, van a los burdeles que están a los costados de las rutas. Se aprovechan de la falta de contención de las chicas, a las que convencen con promesas de tapas de revistas o castings".

Batalla personal
A Teresa la rescató la División Especial de Trata de Personas de la policía de Tucumán, creada en julio pasado a instancias de Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, una joven tucumana que fue secuestrada el 3 de abril de 2002 y que, se sospecha, habría sido vendida en 2000 pesos a una de estas redes.
Pero este caso también se volvió emblemático por la batalla personal que Trimarco viene librando en la búsqueda de su hija, esta mujer llegó a infiltrarse en las mafias como prostituta, ayudó a liberar a más de 140 jovencitas y llegó a conocer como pocos el funcionamiento interno de estas mafias.
"Las tienen marcadas, no eligen a cualquiera. Les pegan tanto... les ponen el revólver en la cola, en la boca; las queman con cigarrillos, las violan, y de esa forma las van sometiendo", dice,en la sede de la Fundación María de los Angeles contra la Trata de Personas. Pero ese es sólo el comienzo, afirma: "Después las maquillan, les tiñen el pelo, les ponen lentes de contacto para cambiar su aspecto; las hacen adictas y las obligan a venderle drogas al cliente".
La realidad es que son muy pocas jovencitas las que son rescatadas o logran escapar. Lo que hay que entender es que la muerte es el final del camino para la gran mayoría de estas niñas, no hay cuerpito que aguante...



Fuente: www. lanacion.com.ar

1 comentario:

  1. Basta de redes de trata!!! sin clientes no hay redes, sin corrupcion no hay redes, encarcelando a los culpables proxenetas se hace justicia por todas las teresas, marita veron, otoño uriarte y tantas otras victimas de la redes y de la explotación sexual. Esta es una realidad que todos conocen, tambien nuestros funcionarios, y miran a otro lado. Unidos los familiares, amigos, mujeres y hombres podemos temrinar con esto. Sexo pago, es sexo exclavo!

    ResponderEliminar