domingo, 21 de febrero de 2010

¡Que ningún niño se quede sin jardín de infantes!


La necesidad de Jardines de Infantes, con el número de vacantes suficientes para que todos los niños tengan su lugar, es una necesidad de las familias, principalmente de las madres, y también de los mismos chicos.

Hoy en la ciudad de Buenos Aires, son miles los chicos que están en lista de espera para acceder a un jardín. La falta de vacantes para el Nivel Inicial en los colegios públicos es una antigua deuda de esta ciudad. Organizaciones civiles denuncian el incumplimiento del Estado porteño y aseguran que en 2009 fueron 4.582 los chicos que se quedaron fuera del sistema educativo.

Para este 2010, el gobierno de la ciudad ya admite que serían unos 3.000 los niños que quedarán en listas de espera. Si ellos mismos admiten ese número en febrero… ¿cuántos serán realmente cuando comience el ciclo lectivo? ¿De qué barrios? ¿De qué clase social?

El drama de las madres

Son principalmente las madres las que deben resolver el cuidado y bienestar de sus hijos. El problema de dónde dejarlos cuando tienen que salir a trabajar se convierte a veces en un verdadero drama, si no cuentan con instituciones para ello. Algunas tienen que dejar a sus hijos más pequeños al cuidado de sus hermanitos “mayores” con los peligros que esto puede ocasionar en caso de una emergencia, y dándole una responsabilidad a chicos de 7, 8 o 10 años, que no deberían por qué tener.

Otras los dejan con abuelas, pero hoy por hoy las mujeres trabajan hasta edades cada vez más avanzadas, por lo tanto hay muchas abuelas que también trabajan. Otras no tienen más remedio que llevar a cuestas a sus hijos a trabajar.

En ninguno de los casos antes mencionados, el problema se resuelve para bien de ambos. Ni la madre se va tranquila ni el niño se queda en un lugar pensado para su cuidado como merece.

Los que menos tienen, menos tienen…

Se observa una importantísima desigualdad en el nivel inicial, según el nivel socioeconómico de la población. Una vez más, la diferencia entre el norte y el sur… El responsable del área educativa de la Defensoría del Pueblo porteña, Gustavo Lesbegueris, aseguró que el 70% de las familias que tienen chicos en las listas de espera habita en la zona sur de la ciudad. “Como consecuencia del incremento demográfico y de la población en edad escolar que se registra en esa región, la más postergada en términos socioeconómicos”, comentó.

Para completar con algunos datos sobre la desigualdad, la Encuesta Permanente de Hogares muestra que: mientras que la tasa de asistencia escolar a los tres años para el quintil de ingresos más rico es del 63,9%, para el quintil más pobre es del 13,6%. En la sala de 4 años, esta diferencia es de un 92,2%para el quintil más rico y de un 40,8% para el más pobre. Aclaremos que el quintil es un término económico que se calcula ordenando la población (de una región, país, etc.) desde el individuo más pobre al más adinerado, para luego dividirla en 5 partes de igual número de individuos; con esto se obtienen 5 quintiles ordenados por sus ingresos.

En otras palabras, mientras que de cada 100 chicos de 3 años de familias ricas, 64 acceden a un Jardín de Infantes; son 13 de cada 100 los que acceden en las familias de pocos recursos: ¡una diferencia abrumadora!

Un lugar para jugar, un lugar para aprender, un lugar para crecer

Los chicos necesitan un lugar. Un lugar preparado, pensado y especializado para ellos, para lo que cada edad y cada uno necesita. No como dicen algunos funcionarios públicos para “prepararlos” y que no fracasen en la primaria. Sino para poder jugar, socializarse, para inventar, para crear, para desarrollar al máximo su potencial, para que se controle su salud física y psicológica.

Pelear porque haya más jardines y por que sean jardines con las características adecuadas para garantizar el desarrollo armónico de los chicos, es una lucha que debemos tomar las mujeres y los hombres en cada lugar, en cada barrio.

En la ciudad de Buenos Aires hay lugares, hay recursos humanos y económicos. Lo que no hay es la decisión política de ponerlos para resolver las necesidades de las familias, de los chicos. Ningún gobierno nos dio nada, todo lo que la gente consiguió lo consiguió peleando, en la calle. Por lo tanto es hora de que este reclamo se escuche con fuerza.

(Fuente: Semanario "Hoy" Nº 1304)

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